Muchas aeronaves utilizan puntales flexibles de acero, aluminio o materiales compuestos que reciben el impacto del aterrizaje y lo devuelven al fuselaje para que se disipe a una velocidad que no sea perjudicial. El tren de aterrizaje se flexiona inicialmente y las fuerzas se transfieren cuando vuelve a su posición original.
El ejemplo más común de este tipo de tren de aterrizaje sin absorción de impactos son los miles de aviones Cessna monomotor que lo utilizan. Los puntales del tren de aterrizaje de este tipo, fabricados con materiales compuestos, son más ligeros, tienen mayor flexibilidad y no se corroen.