El método más eficaz para aumentar la potencia de un motor es el uso de un turbosupercargador o turbocompresor.
Instalado en un motor, este reforzador utiliza los gases de escape del motor para accionar un compresor de aire y aumentar la presión del aire que entra en el motor a través del carburador o del sistema de inyección de combustible para aumentar la potencia a mayor altura.
La principal desventaja del supercargador accionado por engranajes -el uso de una gran cantidad de la potencia del motor para la cantidad de aumento de potencia producida- se evita con un turbocompresor porque los turbocompresores se alimentan de los gases de escape del motor. Esto significa que un turbocompresor recupera la energía de los gases de escape calientes que de otro modo se perdería.
Una segunda ventaja de los turbocompresores sobre los supercargadores es la capacidad de mantener el control sobre la potencia nominal del motor desde el nivel del mar hasta la altitud crítica del motor. La altitud crítica es la máxima altitud a la que un motor turboalimentado puede producir su potencia nominal. Por encima de la altitud crítica, la potencia comienza a disminuir como lo hace un motor de aspiración normal.
Los turbocompresores aumentan la presión del aire de inducción del motor, lo que permite que éste desarrolle una mayor potencia a nivel del mar o a mayor altura. Un turbocompresor se compone de dos elementos principales: un compresor y una turbina. La sección del compresor alberga un impulsor que gira a gran velocidad. A medida que el aire de inducción es arrastrado a través de las palas del impulsor, éste acelera el aire, permitiendo que un gran volumen de aire sea arrastrado al interior del alojamiento del compresor. La acción del impulsor produce posteriormente un aire de alta presión y alta densidad que se suministra al motor. TEXTO COMPLETO E IMAGENES