Cualquier elemento a bordo de un avión que aumente el peso total es indeseable para el rendimiento. Los fabricantes intentan hacer un avión lo más ligero posible sin sacrificar la resistencia o la seguridad.

El piloto debe ser siempre consciente de las consecuencias de la sobrecarga. Una aeronave sobrecargada puede no ser capaz de abandonar el suelo, o si llega a volar, puede mostrar características de vuelo inesperadas e inusualmente pobres. Si no está bien cargado, el primer indicio de mal rendimiento suele producirse durante el despegue. 

Un peso excesivo reduce el rendimiento de vuelo en casi todos los aspectos. Por ejemplo, las deficiencias de rendimiento más importantes de un avión sobrecargado son:

- Mayor velocidad de despegue

- Mayor recorrido de despegue

- Menor velocidad y ángulo de ascenso

- Menor altitud máxima

- Menor autonomía

- Menor velocidad de crucero

- Menor maniobrabilidad

- Mayor velocidad de pérdida

- Mayor velocidad de aproximación y aterrizaje

- Mayor balanceo en el aterrizaje

- Exceso de peso en la rueda de nariz o de cola

El piloto debe conocer el efecto del peso en el rendimiento de la aeronave particular que se está volando. La planificación previa al vuelo debe incluir una comprobación de las tablas de rendimiento para determinar si el peso de la aeronave puede contribuir a que las operaciones de vuelo sean peligrosas. El peso excesivo en sí mismo reduce los márgenes de seguridad disponibles para el piloto y se vuelve aún más peligroso cuando otros factores que reducen el rendimiento se combinan con el exceso de peso. El piloto también debe tener en cuenta las consecuencias de un avión con sobrepeso si se produce una situación de emergencia. Si un motor falla en el despegue o se forma hielo en el fuselaje a baja altura, suele ser demasiado tarde para reducir el peso de la aeronave para mantenerla en el aire. TEXTO COMPLETO E IMAGENES